Érase
una vez una niña llamada Marta pero todos la llamaban Martí.
Martí
iba a cumplir cinco años y lo que más le gustaría tener es un libro de
aventuras. Esa mañana era su cumpleaños.
Cuando
se despertó gritó: ¡Es mí cumple...! Pero... Todo el mundo se había olvidado. O
al menos eso es lo que ella creyó.
Entonces
se levantó y fue a ver dónde se habían metido todos, pero no encontró a nadie.
Luego pensó que seguro que se habrían ido a comprar su regalo: ese libro de
aventuras que tenía en la portada un pirata vestido de rojo y verde que daba
mucho miedo. Ella se lo había pedido a su madre para su cumpleaños, ¡seguro que
no se habría olvidado!
Bueno,
pensó, lo mejor sería irse otra vez a la cama y esperar a que todos entraran en
su habitación y le cantaran el cumpleaños feliz.
Pero
el tiempo pasaba y nadie venía. Ya casi era la hora de comer y Martí tenía
hambre.
De
repente pensó que si nadie la felicitaba se felicitaría ella misma: se acordó
de una piñata que tenía muy vieja, muy vieja que nadie utilizaba, la colgó y
cuando tiró de las cuerdas ocurrió algo increíble: de la piñata fueron
apareciendo ¡toda su familia con ese libro que tanto quería!
No hay comentarios:
Publicar un comentario