jueves, 17 de diciembre de 2015

El columpio de la abuela

Cuando Adela y Berta eran pequeñas, un día de Navidad su abuela Cloti (se llamaba Clotilde, aunque todo el mundo le llamara Cloti) recibió un regalo un poco extraño: un columpio de madera, de color rojo, con dos cuerdas gordas a los lados.

La verdad es que a ella de pequeña le encantaban los columpios…..pero ahora… ¿a mí?... sonrió y pensó en sus nietas, seguro que a las niñas les gustará. Pero…¿quién lo habrá enviado?

El paquete venía de un país un poco raro que Cloti no conocía, ¡y eso que ella era muy lista y había estudiado mucho!, y tenía una nota misteriosa: “para cuando quieras subir a las nubes”. La abuela continuó leyendo, a veces sonreía, a veces parecía que lloraba.

Adela y Berta nunca hablaron de aquel columpio, de hecho lo olvidaron completamente. La abuela lo guardó aquella Navidad dentro de un viejo arcón.

Y, como en todas las historias de la vida, pasó tiempo, esta vez mucho mucho tiempo. Aquellas niñas pequeñas eran ahora dos personas mayores. La vida había cambiado mucho. Ahora eran ellas las que tenían nietas. Las niñas se llamaban igual, sólo que la nieta de Berta era Adela y la de Adela….¡Berta!

Aquel verano decidieron ir a la vieja casa de la abuela Cloti. Las niñas palmoteaban de gusto…. “¡bien!”, decían, “por fin veremos la casa de la famosa tatarabuela….”

La casa estaba a la salida del pueblo, se la conocía como “la casa de la gran puerta verde”. Tras esa puerta aparecía un pequeño jardín con sólo cinco árboles. Pero los árboles eran grandes y estaban llenos de ramas…..ramas poderosas, fuertes, como brazos esperando a abrazar….. y al fondo ¡un pozo!....

Una escalera larga y puntiaguda conducía a la entrada de la casa. La abuela Berta sacó la llave y abrió la puerta. Dentro hacía frío. Los muebles eran oscuros y Adela, su nieta, sintió …… un poco de miedo. Pero Berta, su prima, la empujó y dijo “vamos para adentro primita, no tengas miedo”.

En las vitrinas de la casa había todo tipo de “cacharritos”… Berta, en plan lanzada, dijo “vaya cantidad de cosas inservibles….”. A la abuela Adela no le gustó esa frase….y le dijo que no hablara a tontas y a locas (que quiere decir sin saber…. creo).

Las abuelas Adela y Berta se pusieron a hablar de sus cosas…. y las niñas se empezaban a aburrir…. “¿qué te parece si subimos al desván?” dijo Adela a su prima. “¡Genial!” dijo Berta…..que era una entusiasta con todo lo que decía su prima.

Las dos se agarraron de la mano y subieron los escalones que conducían al ático. Sólo con empujar la puerta…..se abrió. Aquello era imposible de describir. ¡Había de todo!....como dijo Adela. Al fondo estaba un arcón….medio roto. Las niñas lo abrieronentre las dos: y allí ¿qué creéis que apareció?…. pues apareció un columpio rojo con unas cuerdas gordas a los lados….y ¡nada más!

Bueno sí… apareció algo más: una nota… una nota cuya destinataria era ¡la tatarabuela Clotilde!. Las dos primas se miraron sorprendidas… y no sé, yo creo que emocionadas.

Berta leyó aquella nota en voz alta: “Mi querida nieta Clotilde. Sé que te llamas así porque ese era mi nombre y estoy segura que mi hija te lo habrá puesto. Hace mucho, mucho tiempo, mi abuela me regaló este columpio…. Y me dijo que con él, cuando estuviera triste, podía subir a las nubes y allí alguien me consolaría”

Berta se emocionó….. y no podía continuar… le pasó la nota a su prima. “¡trae, anda”, dijo Adela, “¡que eres más floja….”!

Pero Adela no podía pronunciar palabra….. la nota continuaba “cuelga el columpio del tercer árbol….el que está al lado del pozo….y te prometo que cuando te impulses y subas con él….. llegarás tan alto, tan alto….. que te encontrarás con alguien… quizá yo misma”.

“¿Qué hacemos?”, dijo Berta. “¡Como que qué hacemos! ¡anda corre vamos al árbol ese que dice la nota y colguemos el columpio!”

Y sí. Colgaron el columpio rojo con las cuerdas gordas a los lados. Lo colgaron del árbol señalado. Se miraron y decidieron montar las dos juntas. Agarraditas de las manos.

Comenzaron a impulsarse, primero despacio, luego más rápido, luego más….. arriba…..arriba….arriba…

Tardaron en bajar……

Berta y Adela (las abuelas) estaban preocupadas porque no sabían dónde estaban las niñas…..

Tranquila, se decían una a la otra, estarán jugando por ahí. Hasta que, de pronto, vieron como el columpio bajaba con las dos niñas……

Después las cuatro volvieron a sus casas….

(Nadie nunca supo que había pasado allí arriba…… entre las nubes….)

 

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