viernes, 18 de diciembre de 2015

Ernestino no quiere ser burrito

Pues señor esto era un niño que se llamaba Ernestino. Todas las noches, desde que era pequeñito, pequeñito, su mamá o su papá, le contaban un cuento.

Ernestino se acurrucaba en su cama, tan calentito, mientras escuchaba esos cuentos preciosos de duendes y magos. ¡Era un niño feliz!

Pero Ernestino crecía y crecía. ¡Bueno, como todos los niños!.

Y su mamá le decía: “¡Ernestino que ya eres muy mayor….que tienes que leer tú los cuentos!”.

Ernestino empezó a ir al Colegio. Y su mamá y su papá pensaron que allí le enseñarían a leer.

Así que, cuando volvía del cole, le decía su mamá: “Ernestino, Ernestino ¿has leído hoy? Mira hijo que si no lo haces te volverás burrito”…y así todos los días.

Un día Ernestino, que ya estaba cansado de que le hicieran la misma pregunta, le contestó a su mamá que sí, que había leído……pero no era verdad.

Al día siguiente, al volver del cole, su mamá le volvió a preguntar: “Ernestino, Ernestino ¿has leído hoy?” y Ernestino igual…… “que sí mamá, que he leído hoy”…pero no era verdad.

Y ¡claro!....todo el mundo sabe que cuando no se dice la verdad…o sea que se miente, pues no está bien….y luego ¡siempre pasa algo!.

Y así paso con Ernestino.

Cuando al volver del cole su mamá le preguntó que si había leído Ernestino dijo que sí…..pero era mentira.

Ernestino se fue a su habitación y cuando se quitó los guantes y la chaqueta….. ¿sabéis lo que vio?....¡pues sus manos ya no tenían dedos….sus manos eran dos pezuñas de burrito!...

Ernestino, para que no se enterara nadie, se puso los guantes otra vez. Y así, al día siguiente, se fue al cole.

Al volver a casa, como cada día, su mamá le preguntó: “Ernestino, Ernestino ¿has leído hoy?” y Ernestino igual…… “que sí mamá, que he leído hoy”…pero no era verdad.

Ernestino se fue a su habitación y cuando se quitó los guantes y el gorro….¿sabéis lo que vio?...¡pues sus orejas habían crecido tanto, tanto….como las de un burrito!..Uff, que susto se llevó….pero…para que nadie lo viera se volvió a poner el gorro…y se las tapó. Y así….al día siguiente se fue al cole.

Al volver a casa…..su mamá le preguntó: “Ernestino, Ernestino ¿has leído hoy?” y Ernestino igual…… “que sí mamá, que he leído hoy”…pero no era verdad.

Ernestino se fue a su habitación y cuando se quitó los guantes, el gorro y la bufanda….¿sabéis lo que vio?...¡pues que su boca no era su boca: ¡era un hocico de burrito!....Uff, otro susto que se llevó….pero…para que nadie lo viera se puso los guantes, el gorro…y la bufanda. Y así….al día siguiente se fue al cole.

Al volver a casa…..su mamá le preguntó: “Ernestino, Ernestino ¿has leído hoy?” y Ernestino igual…… “que sí mamá, que he leído hoy”…pero no era verdad.

Y cuando Ernestino se fue a su habitación y empezó a quitarse los guantes, el gorro y la bufanda….y se fue a quitar los zapatos…….¿sabéis lo que vio? ¡sus pies eran las patas de un burrito!.....Ya no podría hacer nada….y empezó a llorar.

Su mamá le oyó y fue a consolarle…..y entonces vio horrorizada que su hijo era un ¡burrito!.

“¡Pero Ernestino…..¿qué ha pasado?”!

Pero Ernestino ya no podía hablar……sólo rebuznar. Entonces su mamá le consoló y le dijo: “Mira Ernestino si de verdad estás arrepentido, empieza hoy mismo a leer ya verás como así volverás a ser un niño”

Y así fue. Cada día al volver del cole su mamá le preguntaba: “Ernestino, Ernestino ¿has leído hoy?” y Ernestino le contestaba “sí mamá, he leído hoy” y, como era verdad, sus orejas, sus manos, su boca y sus patas volvieron a ser las de un niño.

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