Érase una vez un guerrero llamado Libertus, conocido
en todo el Imperio por su gran arco de color dorado. Era el mejor guerrero
romano y todo el mundo le admiraba, pero él no quería ser alabado por ser el
causante de miles de muertes.
Un día, mientras estaba batallando en las
guerras de Augusto en Hispania, algo le hizo tropezar y cayó. Cuando se
incorporó no era consciente de cuánto tiempo llevaba sin sentido, pero algo,
muy fuerte delante de él, le hizo levantarse.
No sabía dónde estaba o quien era aquella
extraña persona con ropas distintas a las suyas.
Empezó a inspeccionar el terreno y lo único que
vio fueron edificios muy altos. Pero lo que más le llamó la atención fueron 4
torres que eran más imponentes que todas las demás.
Vio un cartel parecido al del nombre de su
Domus, pero en este ponía escrito MADRID.
Una hermosa mujer le vio solo y raro y, como le
pareció extraño, le preguntó por su ropa. Él no sabía qué contestar puesto que,
de donde procedía, su ropa era la más cara y símbolo de su origen. Pero la
joven siguió insistiendo, al tiempo que se presentó con el nombre de María.
Libertus, por no ser descortés, dijo también el suyo.
María le propuso enseñarle la ciudad y como
Libertus estaba perdido y no tenía a donde ir aceptó. Le llevo por las grandes
calles llenas de gente, le contó la Historia de Madrid y de España y le ofreció
su hogar donde podría dormir. Libertus estaba asombrado por la amabilidad de
María y necesitaba recompensárselo de alguna manera.
Días más tarde mientras estaba paseando con su
gran arco dorado oyó unos gritos que le sonaban familiares, siguió el sonido
hasta un callejón y allí estaba María rodeada de 7 hombres con máscara que
intentaban robarle su mochila mientras blandían sus cuchillos. El,
inmediatamente, sacó su arco y apuntó a uno de los hombres. La flecha atravesó
su ropa, pero sin dañarle, dejándolo colgado de la pared en una postura muy
divertida, la verdad. Entonces uno a uno se le fueron cayendo los cuchillos que
guardaba en sus bolsillos. María cogió uno de ellos y se lo metió en su
mochila, así recordaré siempre cuando Libertus me salvó la vida…. pensó.
Pasaron los años y María y Libertus se
enamoraron y crearon una bonita y feliz familia con dos hijos llamados Paloma y
Manuel. Libertus empezó a trabajar como historiador y contaba sus exitosas
batallas a sus hijos que fueron criados con las tradiciones de España en 2019 y
las del imperio Romano de 26 A.C.
Autores texto: Paloma S.V. y Manuel V.S.
Dibujos de Blanca S.V.
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