Pues señor, esto era una vez una gamba (¡sí una
gamba!) que nació un día caluroso… tan caluroso que fue el más caluroso del
año.
Le llamaron, como era lógico, Gambi. Pasó el
tiempo y Gambi se transformó en una gamba muy feliz, fue al colegio y tenía
muchas amigas.
Pero un día tres niñas fueron a pescar
cangrejos a las rocas que había cerca de la playa, donde veraneaban, y allí se
encontraron a Gambi. “¡Qé mona es esta gambita!”, dijeron las tres a voz en
grito. Y como si tal cosa ¡zas! la pescaron para ¡hacerla su mascota! La
metieron en un cubo de esos de hacer castillos de arena y, acto seguido, se
fueron corriendo a enseñárselo a sus padres...
Pero sus padres ¡claro! dijeron que sí que muy
mona pero que era imposible quedarse con ella. Les explicaron el problema que
tendría la pobre gamba metida en un cubo todo el día….
Las niñas comprendieron lo que les dijeron sus
padres y fueron corriendo a las rocas para dejarla otra vez allí. Gambi, que
había pasado mucho miedo, se puso tan contenta… dicen las niñas que soltó un
¡YUJU!!
En fin, que Gambi volvió con su familia y fue
feliz para siempre. Por cierto, que a todo el que quería escucharla, contaba su
aventura con unas niñas y un cubo de los de hacer castillos de arena……
Autora texto y dibujo: Blanca S.V.
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