Carlota
era una niña caprichosa…. que sí que sí que era caprichosa… y ¿sabes por qué?
Pues porque siempre andaba pidiendo que le compraran cosas y más cosas y
luego…. ¡no hacía ni caso, ni jugaba con ellas ni nada!.
Un
día, bueno era el día de los Reyes Magos, Carlota pidió que le trajeran un
muñeco con el pelo azul. Pero ocurrió que los Magos le dejaron un muñeco rubito
y blandito…
Carlota
se enfadó muchísimo, muchísimo. “¡Yo quería un muñeco de pelo azul!”, gritaba y
lloraba….
Así
que cogió un bote de pintura azul y empezó a pintar al muñeco rubito… pero se
cansó enseguida, porque pintar todo el pelo era muy difícil…. así que cogió y,
con mucha rabia, ¡zas! lo tiró por la ventana.
El
pobre muñeco de pelo amarillo terminó encima de una papelera de la calle…
Pero
sucedió que, al cabo de un rato, pasó por allí una niña, así como de la edad de
Carlota, que se llamaba Sofía y era también rubita como el pobre muñeco.
Sofía
miró al muñeco y le dio tanta pena verle allí tirado sobre la basura que se fue
corriendo donde estaba su mamá: “¡mamá, corre, corre, ven mira…!”. Su mamá fue
corriendo donde estaba la niña. Entonces Sofía dijo “por fa por fa mami, déjame
que me quede con él…. ¡pobrecito está solo!”.
Como
puedes suponer mamá dejó que se quedara con el muñeco.
Sofía
le abrazó y, saltando de alegría, se llevó a casa al muñeco. Después lo lavó y
lo peinó…. pero la mancha azul del pelo no se le quitaba. Por eso decidió
llamarle Litel Blu…. así como si
fuera inglés de verdad.
Litel Blu
estaba súper contento, sonreía y ya no parecía que estuviera triste como antes,
sino feliz.
Sofía
estaba tan orgullosa de su muñeco que decidió sacarle a pasear. Lo metió en un
cochecito que tenía de otro muñeco y le tapó con una mantita, no fuera a ser
que se pusiera malito…. es que hacía frío….
En
el parque, a donde había ido con su mamá, Sofía sacó a su muñeco del cochecito
y le sentó sobre sus rodillas mientras le cantaba eso de “duérmete niño,
duérmete ya, que viene el coco y te…….”¡comerá!, gritó de pronto alguien que
pasaba por allí… y que arrancó al muñeco de los brazos de Sofía…
El
caso es que ese “alguien” era ni más ni menos que Carlota que, muy furiosa,
dijo que ese muñeco era suyo y que Sofía se lo había robado…
“Eso
no es verdad, dijo Sofía, este muñeco que por cierto se llama Litel Blu, es mío desde que me lo
encontré tirado sobre un cubo de basura en la calle. Lo he lavado y vestido….
alguien, muy poco agradable, lo debió tirar…. si fuiste tú, en ese mismo
momento lo perdiste….”.
Carlota
se puso a llorar y luego le dijo a Sofía que era verdad y que la perdonara. “Si
quieres, dijo, podemos jugar juntas “¡Claro que sí Carlota, jugaremos juntas y
nos lo pasaremos genial!”.
“¿Sabes
una cosa Sofía?”, dijo Carlota, gracias a Litel
Blu nos hemos conocido y seremos amigas siempre.
(Por
supuesto Litel Blu se quedó con Sofía
y muchas, muchísimas veces, Carlota jugó a los muñecos con ella).
No hay comentarios:
Publicar un comentario