lunes, 21 de noviembre de 2016

El cernícalo y la lechuza


Pues resultó que un día la lechuza Susa, se despertó antes de que anocheciera sin darse cuenta y vio con sorpresa que aún estaba despierto el cernícalo Vanti:

- “EHH Vanti!!”- gritó Susa desde la puerta de su caja nido “¿qué haces aún despierto?”-

- “No Susa, será que: ¡qué haces tú despierta ya! que te has adelantado, mira al cielo ¡aún no ha anochecido!”- dijo Vanti desde lo alto de su poste.

- “Es cierto”- dijo Susa mientras intentaba mirar al cielo- “bueno pues desayunamos juntos, y me cuentas como te ha ido el día”

Y eso hicieron, y al tiempo se contaron como estaba el campo, pues ya sabemos que estos dos pájaros se dedican a cuidar los campos de cereales, intentando que los topillos y otros animales semejantes no lo destrocen todo, y como el cernícalo trabaja de día y la lechuza de noche pues así consiguen entre los dos que el campo de cereales no desaparezca y se controle la existencia de esos topillos, que ya os digo que son muy traviesos y hacen túneles y levantan todo el trigo y la cebada y todos los cereales.

Y resultó que tanto y tanto hablaron que se les pasó la hora y cuando quisieron darse cuenta los tres topillos que estaban en la linde derecha de aquél campo, se metieron y levantaron todo el trigo que el labrador había plantado hacía apenas cinco días.

Puffff! ¡qué susto se dieron!

Rápidamente los dos amigos se lanzaron a la tarea y mientras cernícalo Vanti aleteaba y espantaba a los topillos malvados, lechuza Susa intentaba recolocar el trigo, cosa que resultaba muy difícil… y entonces fue cuando empezó a anochecer y los dos amigos se despidieron cansados y sudorosos por el esfuerzo realizado pero, la verdad, súper contentos de haber cumplido con su obligación.


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