Pues
resultó que un día la lechuza Susa, se despertó antes de que anocheciera sin
darse cuenta y vio con sorpresa que aún estaba despierto el cernícalo Vanti:
-
“EHH Vanti!!”- gritó Susa desde la puerta de su caja nido “¿qué haces aún
despierto?”-
-
“No Susa, será que: ¡qué haces tú despierta ya! que te has adelantado, mira al
cielo ¡aún no ha anochecido!”- dijo Vanti desde lo alto de su poste.
-
“Es cierto”- dijo Susa mientras intentaba mirar al cielo- “bueno pues
desayunamos juntos, y me cuentas como te ha ido el día”
Y
eso hicieron, y al tiempo se contaron como estaba el campo, pues ya sabemos que
estos dos pájaros se dedican a cuidar los campos de cereales, intentando que
los topillos y otros animales semejantes no lo destrocen todo, y como el
cernícalo trabaja de día y la lechuza de noche pues así consiguen entre los dos
que el campo de cereales no desaparezca y se controle la existencia de esos
topillos, que ya os digo que son muy traviesos y hacen túneles y levantan todo
el trigo y la cebada y todos los cereales.
Y
resultó que tanto y tanto hablaron que se les pasó la hora y cuando quisieron
darse cuenta los tres topillos que estaban en la linde derecha de aquél campo,
se metieron y levantaron todo el trigo que el labrador había plantado hacía
apenas cinco días.
Puffff!
¡qué susto se dieron!
Rápidamente
los dos amigos se lanzaron a la tarea y mientras cernícalo Vanti aleteaba y
espantaba a los topillos malvados, lechuza Susa intentaba recolocar el trigo,
cosa que resultaba muy difícil… y entonces fue cuando empezó a anochecer y los
dos amigos se despidieron cansados y sudorosos por el esfuerzo realizado pero,
la verdad, súper contentos de haber cumplido con su obligación.
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