miércoles, 10 de junio de 2020

El caimán que quería ir al espacio con los astronautas


Pues queridos niños, este es un relato que sucedió de verdad. Era en los tiempos de la pandemia esa del coronavirus, en la que ninguno de vosotros fue al cole. Bueno no fuisteis al cole pero no dejasteis de estudiar y trabajar… ya lo sé.
Pues el caso es que un niño que se llamaba Peter (Pedro en español) tenía un globo muy grande con pinta de caimán… sí ese bicho que parece un cocodrilo pero como más delgadito…
En los ratos de recreo, Peter sacaba su globo a pasear a lo largo de la terraza de su casa que era muy, pero que muy larga... Debajo de su casa estaba el río. Un río con pececitos y patos.
Aquel día, con su globo sujeto con una cuerda larga, larga, Peter corría cada vez más deprisa y el caimán parecía que se reía. Debía ser el viento, pero el globo gritaba “UHHH UHHH…” y luego…. “Suéltame, suéltame”.
“Pero luego vuelves…. ¿vale?” le dijo Peter. “Vale, vale…” parecía que decía el caimán. Total, que Peter soltó al caimán ese y ¡claro! salió volando, volando, siguiendo el curso del río.
Peter se puso a gritar: “¡caimán vuelve, caimán vuelve!”, pero el globo-caimán ¡que si quieres!, que no volvía.
Un poco triste, Peter se metió en su casa a seguir haciendo los deberes de mates, que era lo que le tocaba ese día.
A la hora de comer, su mamá puso la tele y dijo “¡mira Peter, un caimán como tu globo se ha cruzado por la base de lanzamiento de la NASA y el viaje que iban a hacer dos astronautas han tenido que posponerlo! ¿no te parece gracioso?”.
Peter se quedó “patidifuso”, ¡era su globo, su caimán y estaba buscándolo un cazador de caimanes, encargado por la NASA! se habían creído que era de verdad….
Así era, ahí en la tele todos pudieron ver a “su globo” paseando por la pista de lanzamiento. “¡Mamá!, dijo Peter, que es mi globo. A ver si lo van a romper”.
A mamá le dio la risa. Así que Peter, pensó, estaba convencido que el globo había llegado hasta allí. Pero claro no se rio, para que no se pusiera triste y le dijo que no se preocupara que, igual que había llegado hasta allí, volvería a casa…
En la tele no hacían más que hablar del suceso y de que el cazador de caimanes no conseguía encontrarle…. Peter entraba y salía de la terraza convencido de que su globo volvería….
Y ¿sabes qué pasó? Que el globo volvió. Que sí que volvió y, además, en la tele dijeron que no habían podido encontrar al caimán. ¡Claro cómo iban a encontrarle si estaba en casa otra vez! Y ahí lo tiene Peter atado a la barandilla de la terraza.


No hay comentarios:

Publicar un comentario