Pues señor esto que te voy a contar, sucedió en
los días esos del coronavirus, que era un bicho pequeñito que te podía hacer
mucho, pero mucho daño. Por eso, todo el mundo tenía que estar metidito en su
casa y con la puerta bien cerrada, no fuera a ser que ese bicho malo se metiera
por dentro de tu cuerpo. A ese tiempo de no salir lo llamaban “cuarentena”.
Los amigos de Sofía, para entretenerse, habían
hecho unos dibujos con el arco iris y muchos muñequitos colgando. Y luego se lo
enseñaban unos a otros con las tabletas o los móviles, o de balcón a balcón si
era pintado sobre papel y, claro, según donde estuviera cada uno.
Pero aquel día llovió, llovió tanto que
apareció el arco iris ¡el de verdad! en el cielo. Era tan grande que Sofía
pensó ¡vaya buen columpio que podría ser!. Y ni corta ni perezosa se puso a
llamar, a voz en grito, desde el balcón a Manuel, Rocío, Camino, Pedro,
Gonzalo, Olaya, Bruno, Almudena, Daniel, Regina, Paloma, Blanca, Pastora,
Ángel, César, Coro, Asís, Bosco, Samuel, Eduardo, Benjamín…… a todos!.
“Pero ¿qué haces?” dijo mamá, “pues que
necesito que vengan que se me ha ocurrido algo muy divertido…” dijo Sofía.
Como te podrás imaginar mamá le explicó a Sofía
que eso era imposible, que estaba prohibidísimo salir a la calle. “Ya lo sé
mamá, se trata de que todos hagamos un mismo dibujo y luego los coloquemos como
si fuera un columpio y nos colgamos de ellos….”
“Anda, anda” dijo mamá “no digas bobadas”.
“Bueno, ¿pero lo puedo hacer?” preguntó Sofía…. Mamá contestó a Sofía con un
“sí”, así como a regañadientes….
A todo esto, ya estaban asomados a sus balcones
todos los niños…. Que estaban, por cierto, superaburridos. Y se pusieron a
cantar eso de “resistiré”, que es una canción de un grupo que se llama “Dúo
Dinámico” y que le había dado a todo el mundo por cantar en aquellos días.
Sofía les dijo “¡hola, qué tal estáis?!” y
todos contestaban también gritando “¡Biennnn!” (esto como lo de los famosos
payasos de la tele), al tiempo que tocaban unos la trompeta y otros la
pandereta, que era lo que tenían de cuando cantaron villancicos en Navidad…
Y, de repente, una especie de angelito pasó por
allí y tocó la trompeta y le guiñó un ojo a Sofía. Y un montón de angelitos se
pusieron a tocar sus trompetas y todos los niños salieron a los balcones y saltaron
a los arcos iris que había…. que eran muchísimos y los angelitos lo sujetaban
fuerte fuerte, no fuera a ser que los niños se hicieran daño.
…Bueno, esto es lo que les hubiera gustado,
pero lo que en realidad pasó es que todos los niños sacaron sus grandes dibujos
de arcos iris y colocaron encima a sus dibujos…. ¡de ellos mismos!, y así
parecía que se estaban columpiando. ¡Fue genial!
Manuel sacó su trompeta y se puso a soplar y
entonces todos los niños soltaron los dibujos y fue como si todos estuvieran,
de verdad, columpiándose en el arco iris.
Uff, menos mal que había dejado de llover.
Dibujo
de Sofía