martes, 19 de febrero de 2019

Tana y Tono y la luna de nieve


Tana y Tono estaban aburridos aquella tarde, así es que se sentaron a ver si en la televisión decían algo que les resultara divertido.... Y fue entonces cuando se pusieron a hablar de la luna.

Tana y Tono prestaron atención, mucha atención porque a ellos les encanta la luna, les fascina como crece y decrece, y ese color blanco-azulado.... Pues resulta que contaron que esta noche la luna iba a ponerse de color blanco-blanco, tanto que lo llaman “la luna de nieve”, y por qué se llamaba así? Pues resulta que ese nombre viene de los indios de las tribus nativas de América del Norte, pues cuando sale esta luna redonda muy redonda y blanca muy blanca, corresponde al tiempo más frío y que suele nevar, o sea en Febrero...... así es que se miraron fijamente y asintieron entre sí, ya sabían que estaban decididos a subir al anochecer a la azotea de la casa y conseguir ver a la luna de nieve.... sonrieron...... a ver si hay suerte!!!

martes, 12 de febrero de 2019

El sueño de Paty


Pues señor esto era una vez una niña que cada día pensaba en ser bajita, porque quería menguar… y ¿para que valdría ser bajita? pues para poder entrar por todas partes…. o para ¡no sé! ¿cotillear y ver qué hacen los otros sin que te vean?...

El caso es que un duende amigo le dijo que vale, que podrían probar un poquito a ver que tal le iba.

Y así pasó, que Paty (que así se llamaba la niña) se tomó la pócima que le dio el duende. Y, entonces, poquito a poquito fue haciéndose más pequeñita y ¡claro! los zapatos eran enormes, la falda se le caía y la blusa era como ¡un camisón! de grande que era. Así que se fue corriendo a buscar la ropa de una muñeca pequeñita que tenía en su habitación.

La verdad es que la ropita de esa muñeca era un poco…. ¡poco no, bastante rara!. Era un traje de flor. Sí, sí de flor de color rosa…. Bueno pues el caso es que así vestida se fue con el sr. duende quien, por cierto, iba “muerto” de la risa que le dio al verla.

Al principio Paty se enfadó con el duende (que se llamaba Mateo) porque le parecía mal que se riera de ella… pero cuando se vio en un espejo… le entró una risa… que no se podía parar. “Menos mal -pensó- que nadie me ve con esta pinta, con lo pequeñita que me he vuelto…. que si no….”

“Bueno, dijo Mateo, y ahora ¿dónde quieres ir?”… “No sé, dijo Paty, como es la hora de la comida… ¿al cole a ver que hacen mis compis en el comedor?”. “Venga te acompaño”, dijo Mateo”.

Era difícil abrir la puerta siendo tan pequeñita. Así que esperaron a que entrara alguien. Por fin entró Matilde, una niña de la clase de Paty que siempre andaba metiéndose con ella….. que si que mal coges el boli…. que si que mochila tan fea tienes…. que si no te sabes peinar….. ¡vamos que a Paty esa niña le caía fatal… siempre diciéndole cosas desagradables, la verdad!. Bueno, pues el caso es que, aprovechando que entraba… Mateo y Paty entraron.

Y ¡claro! se colocaron al lado de Matilde. Aquel día para comer había macarrones con tomate… “¡UY que rico!”, pensó Paty… y, ni corta ni perezosa, se metió en el plato de Matilde y empezó a comerse los macarrones de un lado…. y Mateo hizo lo mismo por el otro lado…. total que cuando Matilde metió su cuchara en el plato….. ¡ya no quedaba ni un solo macarrón!. ¡Ja, ja ja! Soltaron al unísono Mateo y Paty…

Matilde no entendía nada….. ella no había probado ni un poquito de su plato y ¡ya estaba vacío!.... y se puso a llorar…. al tiempo que pegaba un manotazo a una especie de flor que estaba en el plato……

“Vamos deprisa”, dijo Mateo a Paty, “que se va a dar cuenta que hemos sido nosotros”….. y se fueron corriendo. A Paty le dio un poco de pena y le dijo a Mateo que no había estado bien lo que había hecho, que aunque Matilde siempre fuera un poquito antipática… no iba a tener nada para comer… (y soltó una carcajada….. pensando en la cara que había puesto la pobre Matilde…).

“Anda corre Paty”, dijo Mateo, “que nos van a descubrir vámonos a casa”. Ya fuera del cole Paty le dijo a su amigo el duende que hiciera el favor de volverla a su tamaño…. Pero ocurrió que Mateo no podía…. Lo intentaba, lo intentaba, pero era ¡imposible!.

Paty se puso a llorar…. Y entonces apareció en su habitación su mamá asustada de los gritos que daba…. “¿qué te pasa Paty?”..... “nada mamá -dijo secándose las lágrimas- que estaba soñando”…. y soltó una risa enorme y pensó ¡uff menos mal que existen los sueños!, ¡Y qué divertidos son!......

¿Sabes una cosa?.... pues que al día siguiente todo el mundo hablaba en el cole de lo que le había pasado a Matilde….¡¡¡estaba empeñada en que una flor se había comido sus macarrones!!!! Ja…ja…ja


  PATY Y MATEO