En
el cuarto de estudiar hay un mueble lleno de libros, de leer y de “mirar”.
Cuentos con muchos colores y otros con más letras y menos dibujos. Hay cuentos
en los que salen gatos, en otros perros, pájaros y leones y todos esos animales
de la selva…. y también están los libros que le gustan a Bruno, sí esos llenos de
insectos y animales raros o pequeñajos que hasta necesitas una lupa para que se
hagan grandes y verlos bien.
Pues
sucedió que una tarde de domingo, de esas royos que llueve y que no hay nada
que hacer, y que nadie está dispuesto a ir al cine, a Asís se le ocurrió que
todos nos pusiéramos a leer los libros de Coro, sí esos que son los que más
letras tienen.
Intentaba
hacer un concurso a ver quién lo hacía mejor……..…. (¡qué cara! sabía que él era
el mejor)……… claro y luego Ángel y Bosco y Bruno y Olaya….. y Gonzalo qué
eh?
Bueno
lo que no sabían era que había tres libros nuevos. Tres libros mágicos que, si
sabías leerlos bien podías hasta meterte entre sus letras así como si fuera un
bosque enorme llenos de mayúsculas……………… y sí eso fue lo que pasó: los niños
habían juntado sus cabezas para ver las letras de primera mano, no sea que al
que le tocara leer el párrafo se equivocara…… y tanto y tanto se acercaron que
¡ZAS! se metieron todos entre las letras, letras grandes, gigantes dice
Gonzalo. Unos se cayeron de pie, otros sentados y la mayoría rodaron dos o tres
vueltas…. ¡qué susto!
Pero
así fue como pudieron ver que todas las letras tienen mayúsculas y además
pudieron comprobar que estas letras están un poco tristes porque salen poco en
los libros………… Y eso que Olaya les dijo que no se preocuparan que salían
suficientes veces, y apostilló Bruno: “tranquilas que todo el mundo os conoce”.
Luego
los niños saludaron a todas las mayúsculas y volvieron a salir por el libro
pegando un salto mortal de esos que le gustan tanto a Ángel, Bosco y Asís…. Y
corrieron a comer que ya eran las 2 y tenían hambre.
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