martes, 29 de marzo de 2016

El bote de las cosas buenas


(Imaginado por: Paloma, Regina, Blanca y Pastora)

Pues señor, esta era una vez una niña, que se llamaba Paloma, que todos los días volvía a su casa medio llorando, medio protestando, medio enfadada...

Un día su abuela la miró a los ojos y le dijo:

“¿Por qué estás tan enfadada?”

“Porque todo me sale mal….”, dijo la niña.

“¿Todo, todo?, no lo creo. Piensa a ver cuántas cosas buenas ha habido hoy….algo habrá habido bueno….”

“Quizá –dijo la niña-…. ¿vale que he ayudado a recoger las cosas de la mochila que se le cayeron a Cristina?.... ella luego me dio un abrazo y me dijo que ¡menos mal que yo estaba allí!”.

“¡Claro que sí –dijo la abuela- eso es muy, pero que muy bueno!. Ayudar a los demás, cuando están en un apuro, es genial!”

“Ya… pero ¿y qué?” -dijo la niña- “eso no es nada….una cosa solo”

Unos días después la abuela le dio a la niña un bote grande de plástico transparente con un tapón redondo.

“Escucha –le dijo- en este bote grande vas a meter, antes de acostarte, todas las cosas buenas que hayas hecho durante el día. Cuando esté lleno, lo abrimos y lo leemos. ¿Te parece bien?”

“Bueno”, dijo, la niña… no demasiado convencida.

Y pasó el tiempo, una o dos semanas y la abuela preguntó a la niña por el bote de las cosas buenas.

“¡Mira-dijo la niña- mira que lleno lo tengo ya!”

Entre la abuela y la nieta abrieron el bote de todas las cosas buenas que le habían ocurrido durante esos días.

La niña fue leyendo en voz alta cada nota que había metido en el bote:

-        He hecho los deberes sin protestar (había tres notas iguales)

-        Ayer ayudé a poner la mesa y ¡a quitarla!

-        En toda la semana no he hecho burla de mi hermano pequeño

-        Hoy me iré a la cama cuando mamá diga (aquí la abuela dijo que en futuro vale menos)

-        Hoy he ayudado a mi primo Pedro a recoger los juguetes

-        El examen de mates me salió muy bien

-        He jugado con Roberto, que es un pesado y nadie quiere jugar con él.

-        No me he metido corriendo en el ascensor y he dejado paso a la vecina de enfrente y no me ha importado que me diera una palmadita en la cara.

Cuando terminaron de leer todas las notas, Paloma estaba contenta y miró fijamente a su abuela… a ver qué le parecía el resultado. La abuela sonrió y le hizo una pregunta:

“¿Qué opinas tú de todo esto? ¿crees ahora que todo te sale mal?”

“Pues… estoy contenta abuela, creo que tenías razón, hay muchas cosas estupendas en cada día…. y es verdad que nosotros mismos podemos hacer que cada día sea mejor..."

“Ja ja –se rio la abuela- es verdad…pero también hay cosas difíciles, tristes… lo importante es saber superarlas y aprender de cada una de esas cosas que te vas encontrando…”

“¡Gracias abuela! -dijo Paloma- ¿sabes una cosa? ¡estoy contenta!”


Consejo: Yo que tú me compraría un bote de plástico y desde ya me pondría a meter todas las cosas estupendas que te pasan cada día.

 

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