(Imaginado
por: Paloma, Regina, Blanca y Pastora)
Pues
señor, esta era una vez una niña, que se llamaba Paloma, que todos los días
volvía a su casa medio llorando, medio protestando, medio enfadada...
Un
día su abuela la miró a los ojos y le dijo:
“¿Por qué estás tan enfadada?”
“Porque todo me sale mal….”, dijo
la niña.
“¿Todo, todo?, no lo creo.
Piensa a ver cuántas cosas buenas ha habido hoy….algo habrá habido bueno….”
“Quizá –dijo
la niña-…. ¿vale que he ayudado a recoger
las cosas de la mochila que se le cayeron a Cristina?.... ella luego me dio un
abrazo y me dijo que ¡menos mal que yo estaba allí!”.
“¡Claro que sí –dijo
la abuela- eso es muy, pero que muy
bueno!. Ayudar a los demás, cuando están en un apuro, es genial!”
“Ya… pero ¿y qué?” -dijo
la niña- “eso no es nada….una cosa solo”
Unos
días después la abuela le dio a la niña un bote grande de plástico transparente
con un tapón redondo.
“Escucha –le
dijo- en este bote grande vas a meter,
antes de acostarte, todas las cosas buenas que hayas hecho durante el día. Cuando
esté lleno, lo abrimos y lo leemos. ¿Te parece bien?”
“Bueno”,
dijo, la niña… no demasiado convencida.
Y
pasó el tiempo, una o dos semanas y la abuela preguntó a la niña por el bote de
las cosas buenas.
“¡Mira-dijo
la niña- mira que lleno lo tengo ya!”
Entre
la abuela y la nieta abrieron el bote de todas las cosas buenas que le habían
ocurrido durante esos días.
La
niña fue leyendo en voz alta cada nota que había metido en el bote:
-
He hecho
los deberes sin protestar (había tres notas iguales)
-
Ayer
ayudé a poner la mesa y ¡a quitarla!
-
En
toda la semana no he hecho burla de mi hermano pequeño
-
Hoy me
iré a la cama cuando mamá diga (aquí la abuela dijo que en
futuro vale menos)
-
Hoy he
ayudado a mi primo Pedro a recoger los juguetes
-
El
examen de mates me salió muy bien
-
He
jugado con Roberto, que es un pesado y nadie quiere jugar con él.
-
No me
he metido corriendo en el ascensor y he dejado paso a la vecina de enfrente y
no me ha importado que me diera una palmadita en la cara.
Cuando
terminaron de leer todas las notas, Paloma estaba contenta y miró fijamente a
su abuela… a ver qué le parecía el resultado. La abuela sonrió y le hizo una
pregunta:
“¿Qué opinas tú de todo esto?
¿crees ahora que todo te sale mal?”
“Pues… estoy contenta abuela,
creo que tenías razón, hay muchas cosas estupendas en cada día…. y es verdad
que nosotros mismos podemos hacer que cada día sea mejor..."
“Ja ja –se
rio la abuela- es verdad…pero también hay
cosas difíciles, tristes… lo importante es saber superarlas y aprender de cada
una de esas cosas que te vas encontrando…”
“¡Gracias abuela! -dijo
Paloma- ¿sabes una cosa? ¡estoy
contenta!”
Consejo: Yo que tú me
compraría un bote de plástico y desde ya me pondría a meter todas las cosas
estupendas que te pasan cada día.
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