miércoles, 23 de septiembre de 2015

¡Cuidado con el perro!

Autores: Este cuento fue redactado, en comandita, por: Paloma (10) Regina (9) Blanca (8) Pastora (8)

La casa estaba en la playa, cerca de la orilla. Los niños intentaban no pasar muy cerca. El cartel decía: “Cuidado con el perro”… y los ladridos, si se acercaban por allí, eran atronadores…. como si llorara.

Por eso les daba miedo. Pero un día decidieron pasar por delante a ver qué ocurría….Primero fueron corriendo y casi sin mirar.

Mica dijo que de verdad que le había visto moverse!... ¡¿a quién?, dijeron todos… ¡ pues al perro del cartel!, dijo chillando y casi enfadada….

Ja, ja, ja… se rieron todos. Bueno, todos no… casi todos. Porque Chufa dijo que ella también lo había visto… o al menos le había parecido.

Se miraron todos y decidieron hacerlo… o sea, ir otra vez por delante y mirar el cartel al mismo tiempo… A lo mejor era verdad lo que decían las pequeñas.

Nadie quería ser el primero y hacían como que se despistaban… todo para retrasarse.

Por fin, Tolita y Kiki decidieron que sería su obligación encabezar la visita, ya que eran las mayores y detrás Paty, Curra, Chufa y Mica y los chicos, Lito y Drolas.

Primero hicieron una pasada rápida, sin casi mirar…. lo que les tranquilizó mucho porque casi no se enteraron de nada… Después decidieron ir despacito, ya más tranquilos.

Y, entonces, ¡sucedió!.

El perro del cartel volvió su cara y les gritó a los niños… ¡sacadme de aquí! ¡sacadme de aquí!

Los niños se quedaron patidifusos. Paty y Curra se adelantaron y se acercaron más al cartel y le dijeron: ¿quién eres? ¿cómo podemos sacarte de ahí? ¿quién te metió?...

Casi llorando el dibujo del cartel dijo: No soy un perro, en realidad soy un niño. Hace mucho, muchísimo tiempo la bruja Tundurata me convirtió en un perro…. pero un perro dibujado en este cartel. Solo podré salir de aquí si un niño o una niña se apiada de mí y decide sacarme.

¡Nosotros lo haremos –dijeron todos al unísono- dinos cómo!

Y el perro-niño les dijo: Tendréis que entrar en la casa y buscar una pintura roja. Luego deberéis borrar con ella el cartel. Si así lo hacéis volveré a ser yo mismo. Mi nombre es (o era) Ricardito San Bernardo y francamente a mi los perros no me han gustado nunca….

Pero, ¿por qué te hechizó la bruja?, preguntó Kiki.

Porque yo trabajaba con mi padre y mis hermanos en una Feria y la bruja Tundurata estaba metida dentro de una máquina de esas que adivinan el porvenir….. yo abrí un día aquella máquina y la bruja se enfadó y me hechizó… Esto ocurrió hace mucho, mucho tiempo…

Luego entraron en la casa todos los niños en tropel y se pusieron a buscar la pintura.

Por fin Paty y Curra encontraron la pintura debajo de un almohadón….. buscaron allí porque en sitios como ese solían ellas esconder el mando de la tele…

Salieron y tacharon el cartel… y ¡de repente! apareció un niño y todos dijeron a una ¡Ricardito!.…

Pero Ricardito venía de hace un siglo…. llevaba un traje muy raro… Mica pensó que sería imposible que encontrara a su mamá o a su papá… y todos se pusieron tristes…

Pero Ricardito les dijo que no se preocuparan que le llevaran a donde tenía un castillo su familia, al final de la cuesta.

No tardaron mucho en llegar… pero el castillo estaba en ruinas. Todos volvieron a entristecerse…

Por allí apareció paseando un señor que parecía muy muy mayor y, al verles llorar, les preguntó que por qué estaban tan tristes.

Lito y Drolas le dijeron a dúo que buscaban a la familia del castillo y no sabían cómo… el hombre se sorprendió… y les dijo: pues… el caso es que yo soy descendiente de los señores del castillo…. resulta que hace mucho, mucho tiempo un niño de la casa, mi hermano mayor, desapareció y la tristeza cubrió a todos…. tanto que terminaron por irse de aquí pues no podían resistir la pena que tenían.

Yo me quedé, pues siempre he pensado que algún día habría de aparecer mi hermano mayor… pero…. ya tengo 101 años y no creo que ya lo consiga…. dijo el anciano, casi llorando.

Ricardito se tiró a sus brazos riendo y le dijo ¡hermano yo soy, yo soy Ricardito San Bernardo!…

El anciano al verle se secó las lágrimas y comprobó que era igual que la foto que guardaba en su corazón ¡era su hermano, al que nunca conoció!

Todos aplaudieron y lloraron de alegría.

Después cada uno se marchó hacía su casa…. y entonces pasó algo extraordinario: mientras caminaba Ricardito con su hermano de 101 años de la mano…. de pronto los dos se convirtieron en niños pequeños y una nube bajó del cielo y los recogió y se los llevó… probablemente camino del siglo pasado.

Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.

1 comentario:

  1. ¡Muy bueno chicas, muy bueno! No dejéis de escribir, lo haceis bien, muy bien.

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