Autor:
Blanca, 7 años
Pues
señor esto era una vez una familia con cinco animales: perro, conejo, gallina,
gato y borriquito. La familia estaba formada por la madre, el padre y un solo
hijo.
Un
día Perico, que así se llamaba el niño, se fue al jardín a jugar y, de pronto,
se encontró con dos cosas: un líquido azul y una nota.
En
la nota se leía: “Esta es la poción azul…
puede parecer un simple líquido de ese color, pero… ¡no, cuidado es mucho más
que eso. Sirve para algo mágico. Sirve para que los animales puedan hablar! Lo
que luego suceda será tu responsabilidad”.
Perico
se sorprendió y tuvo que leer la nota varias veces… pues no se creía que
aquello pudiera ser verdad… Luego sonrió y pensó que si podía hacer que sus
animales hablaran sería fantástico.
Y
dicho y hecho: reunió a los cinco animales y les puso delante a cada uno un
plato con un poco de la poción.
Y,
al instante, nada más empezar a beber el perro habló y el conejo y la gallina y
el gato…..y ¡hasta el borriquito!.
Así
que Perico colocó a sus animales alrededor de él y sonriendo les dijo: “¡Animales, ahora habláis, ya puedo por fin
entenderos y vosotros a mí! Pero ¡cuidado! tenéis que estar callados cuando no
estéis conmigo!”
Pero….
una amiga de Perico le oyó y fue corriendo a echar un vistazo. Y lo que vio le
sorprendió muchísimo: ¡Perico hablaba con los animales y –lo mejor- los
animales hablaban con Perico!.
La
niña, que se llamaba Sara, salió de su escondite y le gritó a su amigo “¡es fantástico yo también quiero hacer eso:
¡hablar con los animales! ¿cómo lo has conseguido?”.
Perico
le contó lo de la poción y luego –entre los dos- pensaron que debían guardarlo
en secreto no fuera a ser que alguien les robara los animales. Así que
decidieron fundar una especie de asociación formada sólo por ellos dos…. y los
animales.
Como
quiera que los animales escuchaban a otras personas, sabían mucho de ellos. Así
se enteraban de lo que pasaba por ahí y se lo contaban a Perico y a Sara que se
ponían manos a la obra para ayudarlos.
Pasaron
los años y los niños –que ya tenían 15 años- seguían con su asociación y
todavía quedaban algunas gotas de la poción, gotas que mantenían escondidas.
Años
después se dieron cuenta que ¡había caducado!. Así que una vez desaparecido el
motivo de la fundación de su “asociación” decidieron que se dedicarían a
“salvar el mundo” durante años y años.
Y
así me contaron esta historia y así –creo- termina.
Blanca: ¡eres una fantástica escritora!.... que bonitos cuentos escribes....Un montón de besos.
ResponderEliminarhola blanca
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