Convencida
y en cierto modo resignada por el despiste que ha tenido con la propuesta, la
abuela baja al garaje con los niños que van como si fueran a la feria (que
diría mi madre). “¡No corráis que esto es un garaje…..!”
Por
la M 30 parece que se llega antes, además –aunque haya tráfico- han salido con
tiempo (… ¡error!...) algo que es una costumbre inveterada en la abuela. Así
que están en la Terminal dos horas antes de lo anunciado para que aterrice el
avión donde viene el abuelo.
Después
de aparcar (y de apuntar en un papelito el lugar exacto donde han dejado el
coche) el grupo se dirige a la terminal… los niños entran como despavoridos: corriendo
no se sabe muy bien a donde. “¡Parad y venid conmigo. Aquí, pegados a mí!”….
Como quiera que los niños parece que no oyen bien…la abuela utiliza la
estrategia esa de “¿Quién quiere tomar algo?” (…error…)
Así
que se sientan en una de las cafeterías, al lado de la puerta por donde
-supuestamente
y Dios lo quiera- aparecerá el abuelo dentro de 120 minutos…
Un
café con leche, tres cola caos (4 por 2,25 euros + 10% de IVA). Los niños
quieren un bollo: 2 napolitanas de crema (4,90 euros + 10% de IVA) y 1 de
chocolate (2,45 euros + 10% de IVA); además de una caña “variada” (2,85 euros +
10% de IVA). Total 21,20 euros.
Los
niños se lo comen todo encantados, rápido, rápido…. “Es que hay unos coches
donde te haces fotos y es muy diver….” dice el pequeño. Salen todos corriendo
otra vez, mientras la abuela, con el bolso de bandolera medio abierto e
intentando meter el monedero, sale detrás de los niños corriendo como puede.
En
realidad hay dos “vehículos”: un barco y un autobús…. Si sólo te montas cuesta
un euro, pero, si quieres que el aparato te haga una foto, entonces es un euro
más. La abuela piensa que el avión está a punto de aterrizar, así que
calculando el tiempo, si los tres se montan una vez… pues ya habrá llegado el
abuelo…. (…error…). Total: 6 euros. Bueno, en realidad serán 12 euros, porque
ninguno se conforma con montar sólo en el barco, o sólo en el autobús….
Y
el avión no llega…. La abuela se impacienta: “niños vamos a Información a
preguntar por el vuelo” y pide al cielo que por una vez, sólo por una vez
“Iberia ya hubiera llegado”…. Pero no el vuelo no está ni siquiera mencionado,
ni siquiera sabemos por qué puerta va a salir el abuelo.
La
abuela mira el reloj y parece que se espanta “¡pero como es posible que
llevemos aquí sólo 65 minutos! Nos queda casi otra hora más!”
“Eh,
mirad –dice la mayor- allí, allí, hay revistas”. Pues sí, han descubierto el
puesto de los periódicos y revistas……. “Mira, mira, -dice a sus hermanos-, hay
de Pocoyó y de Princesas y también de Animales”. La abuela piensa que quizá sea
una buena idea comprarles una revista a cada uno, al fin y al cabo es lectura
¿no?, pues no dice su hija que “los niños tienen que leer”, pues ¡ala! que
lean. Las revistas cuestan entre 3,90 y 4,90 euros (que absurdo lo de 90 ¿no?)
pero tienen un montón de juguetitos pegados: pistolas de agua, perritos, gafas,
coronas de princesas y hasta una pulserita. …
La
lectura no parece interesante, y los cacharritos –al cabo de 10 minutos-
tampoco mucho. Así que la idea de la lectura… tampoco.
El
pequeño quiere ir al cuarto de baño y, por arte de magia, todos quieren pis y
caca ¡al mismo tiempo!. ¿Cómo es posible?. Pues lo es. Menos mal que los
“aseos” están cerca y además están “aseados” No obstante la abuela limpia
concienzudamente con papel higiénico la taza del wc, antes de que, cada uno de
los niños, se sienten.
Ya
más tranquilos todos se dirigen al cartel de Información: ¡delayed!, “¡como que
delayed ni delayed!, tiene que poner landed!”. “Vamos a ver a la señorita de
Información” –grita la abuela agarrando las manos de los niños (sí, no me digas
cómo, pero de los tres)…. En efecto, el avión del abuelo tiene retraso, no se
sabe de cuanto, pero lo tiene.
A
los niños se les ha quedado cara de susto y preguntan a la abuela que qué es lo
que pasa. Más calmada, “la mamá de mamá”, como dice el pequeño, piensa que lo
mejor va a ser tomar un tentenpié, así por lo menos estarán todos sentaditos y
se tranquilizarán (sobre todo ella).
Las
dos horitas de nada que iban a pasar en el aeropuerto ya superan las tres horas
y media. Son las 12 del medio día pasadas y a los niños les vendrá bien comer
algo. En la cafetería hay un menú que parece adecuado: ensalada y hamburguesa,
entre otras cosas. Son 9,95 euros cada uno. ¡Qué barato, piensa la abuela, por
menos de 40 euros comemos todos!....
……….Cuando,
finalmente, apareció por la puerta 6 el abuelo, la abuela estaba a punto de
fenecer en el intento!. Pero ¡con qué alegría le recibieron todos … después de
casi 5 horas de Aeropuerto!.
Se
dirigieron al aparcamiento (5 horas: 25 euros…. Es el Express…). Todos querían
agarrar la mano del abuelo: “mira todo lo que hemos aprendido, abuelo, delayed
quiere decir retrasado; landed quiere decir en tierra; ready to eat, listo para
comer todo eso en inglés. Pero también
hay otra cosa en francés, que nos lo ha dicho la abuela: pret a manger, que es
lo mismo que eso de listo para comer”.
Ya
instalados en el coche, los niños, agotados, se quedaron dormidos y no se
despertaron hasta llegar a casa…. la de sus padres ¡claro!.
“¡Toma
hija, tus hijos, pero que monos son…..!”
Qué bueno!!! Ya sabemos a dónde no hay que llevar a los niños: al aeropuerto! Con lo a gusto que hubiera estado la abuela leyendo un libro tan tranquila y recorriendo las tiendas. Aunque recomiendo que, para la próxima vez, sale muuuuuuucho más barato que el abuelo se coja un taxi.
ResponderEliminarEstá genial!, lo visualizo perfectamente. Sin ir con nieto, sino con hijos, a mí me ha pasado más de una vez. Pero ya he aprendido: al aeropuerto me voy a buscar a mi marido pero con una bolsita con agua, coca colas, y bocatas hechos en casa. Y los niños tan contentos....
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