jueves, 22 de agosto de 2013

Un día en el aeropuerto

“Niños –dice la abuela- ¿Quién se viene al Aeropuerto a buscar al abuelo?” (…. ¡error!...) “Yo, yo, yo”, gritan los tres corriendo por el pasillo.

Convencida y en cierto modo resignada por el despiste que ha tenido con la propuesta, la abuela baja al garaje con los niños que van como si fueran a la feria (que diría mi madre). “¡No corráis que esto es un garaje…..!”

Por la M 30 parece que se llega antes, además –aunque haya tráfico- han salido con tiempo (… ¡error!...) algo que es una costumbre inveterada en la abuela. Así que están en la Terminal dos horas antes de lo anunciado para que aterrice el avión donde viene el abuelo.

Después de aparcar (y de apuntar en un papelito el lugar exacto donde han dejado el coche) el grupo se dirige a la terminal… los niños entran como despavoridos: corriendo no se sabe muy bien a donde. “¡Parad y venid conmigo. Aquí, pegados a mí!”…. Como quiera que los niños parece que no oyen bien…la abuela utiliza la estrategia esa de “¿Quién quiere tomar algo?” (…error…)

Así que se sientan en una de las cafeterías, al lado de la puerta por donde

-supuestamente y Dios lo quiera- aparecerá el abuelo dentro de 120 minutos…

Un café con leche, tres cola caos (4 por 2,25 euros + 10% de IVA). Los niños quieren un bollo: 2 napolitanas de crema (4,90 euros + 10% de IVA) y 1 de chocolate (2,45 euros + 10% de IVA); además de una caña “variada” (2,85 euros + 10% de IVA). Total 21,20 euros.

Los niños se lo comen todo encantados, rápido, rápido…. “Es que hay unos coches donde te haces fotos y es muy diver….” dice el pequeño. Salen todos corriendo otra vez, mientras la abuela, con el bolso de bandolera medio abierto e intentando meter el monedero, sale detrás de los niños corriendo como puede.

En realidad hay dos “vehículos”: un barco y un autobús…. Si sólo te montas cuesta un euro, pero, si quieres que el aparato te haga una foto, entonces es un euro más. La abuela piensa que el avión está a punto de aterrizar, así que calculando el tiempo, si los tres se montan una vez… pues ya habrá llegado el abuelo…. (…error…). Total: 6 euros. Bueno, en realidad serán 12 euros, porque ninguno se conforma con montar sólo en el barco, o sólo en el autobús….

Y el avión no llega…. La abuela se impacienta: “niños vamos a Información a preguntar por el vuelo” y pide al cielo que por una vez, sólo por una vez “Iberia ya hubiera llegado”…. Pero no el vuelo no está ni siquiera mencionado, ni siquiera sabemos por qué puerta va a salir el abuelo.

La abuela mira el reloj y parece que se espanta “¡pero como es posible que llevemos aquí sólo 65 minutos! Nos queda casi otra hora más!”

“Eh, mirad –dice la mayor- allí, allí, hay revistas”. Pues sí, han descubierto el puesto de los periódicos y revistas……. “Mira, mira, -dice a sus hermanos-, hay de Pocoyó y de Princesas y también de Animales”. La abuela piensa que quizá sea una buena idea comprarles una revista a cada uno, al fin y al cabo es lectura ¿no?, pues no dice su hija que “los niños tienen que leer”, pues ¡ala! que lean. Las revistas cuestan entre 3,90 y 4,90 euros (que absurdo lo de 90 ¿no?) pero tienen un montón de juguetitos pegados: pistolas de agua, perritos, gafas, coronas de princesas y hasta una pulserita. …

La lectura no parece interesante, y los cacharritos –al cabo de 10 minutos- tampoco mucho. Así que la idea de la lectura… tampoco.

El pequeño quiere ir al cuarto de baño y, por arte de magia, todos quieren pis y caca ¡al mismo tiempo!. ¿Cómo es posible?. Pues lo es. Menos mal que los “aseos” están cerca y además están “aseados” No obstante la abuela limpia concienzudamente con papel higiénico la taza del wc, antes de que, cada uno de los niños, se sienten.

Ya más tranquilos todos se dirigen al cartel de Información: ¡delayed!, “¡como que delayed ni delayed!, tiene que poner landed!”. “Vamos a ver a la señorita de Información” –grita la abuela agarrando las manos de los niños (sí, no me digas cómo, pero de los tres)…. En efecto, el avión del abuelo tiene retraso, no se sabe de cuanto, pero lo tiene.

A los niños se les ha quedado cara de susto y preguntan a la abuela que qué es lo que pasa. Más calmada, “la mamá de mamá”, como dice el pequeño, piensa que lo mejor va a ser tomar un tentenpié, así por lo menos estarán todos sentaditos y se tranquilizarán (sobre todo ella).

Las dos horitas de nada que iban a pasar en el aeropuerto ya superan las tres horas y media. Son las 12 del medio día pasadas y a los niños les vendrá bien comer algo. En la cafetería hay un menú que parece adecuado: ensalada y hamburguesa, entre otras cosas. Son 9,95 euros cada uno. ¡Qué barato, piensa la abuela, por menos de 40 euros comemos todos!....

……….Cuando, finalmente, apareció por la puerta 6 el abuelo, la abuela estaba a punto de fenecer en el intento!. Pero ¡con qué alegría le recibieron todos … después de casi 5 horas de Aeropuerto!.

Se dirigieron al aparcamiento (5 horas: 25 euros…. Es el Express…). Todos querían agarrar la mano del abuelo: “mira todo lo que hemos aprendido, abuelo, delayed quiere decir retrasado; landed quiere decir en tierra; ready to eat, listo para comer todo eso en inglés.  Pero también hay otra cosa en francés, que nos lo ha dicho la abuela: pret a manger, que es lo mismo que eso de listo para comer”.

Ya instalados en el coche, los niños, agotados, se quedaron dormidos y no se despertaron hasta llegar a casa…. la de sus padres ¡claro!.

“¡Toma hija, tus hijos, pero que monos son…..!”

2 comentarios:

  1. Qué bueno!!! Ya sabemos a dónde no hay que llevar a los niños: al aeropuerto! Con lo a gusto que hubiera estado la abuela leyendo un libro tan tranquila y recorriendo las tiendas. Aunque recomiendo que, para la próxima vez, sale muuuuuuucho más barato que el abuelo se coja un taxi.

    ResponderEliminar
  2. Está genial!, lo visualizo perfectamente. Sin ir con nieto, sino con hijos, a mí me ha pasado más de una vez. Pero ya he aprendido: al aeropuerto me voy a buscar a mi marido pero con una bolsita con agua, coca colas, y bocatas hechos en casa. Y los niños tan contentos....

    ResponderEliminar