Pues sí, así fue: pasó el día de Navidad y esa mañana tocaba recoger el nacimiento y el árbol y todos los adornos que había colocado la abuela en el salón, bueno en el salón y en toda la casa, que la verdad es que más que una casa parecía una feria………… bueno, pero el caso es que había que recoger todo.
Y así fue lo dos hermanos sacaron las cajas de
cartón donde siempre se guardaban todos los adornos y poco a poco fueron
guardando, y antes envolviendo en papel de burbujas de esas que cuando las
aprietas hacen ruido, primero las bolas, después el espumillón, más tarde los
pastores uno a uno y las lavanderas y las ovejas y los tres mil pastores, y
también todos los arbolitos………. Y fue entonces cuando Tono, que así se llamaba
el niño, pudo oír un sonido, así como de llorar y se fijó en un pastorcito que
estaba acompañado por un ángel gordito……. Y sí ¡estaban llorando!!! ¨
- “Pero qué os pasa ¿ por qué lloráis?” dijo el
niño
- “Es que ya se acabó la Navidad y no me ha
dado tiempo de llegar al Portal!”
- “Tranquilo” dijo el niño sabes qué haremos?
Te guardaré con el Niño y su Madre y así podrás decirle todo lo que quieras
este año entero”
- “Gracias” contestó el pastorcito, mientras
sonreía feliz
Y fue cuando el niño miró al Niño Jesús y pudo
ver que sonreía!!!!