Aquél día hacía mucho frio, lo sentí pero además lo vi en la parada del autobús ese que está justo delante de mi portal: 3 grados bajo cero, o sea helador, menos mal que llevaba bufanda y guantes y un abrigo gordísimo que, la verdad, no me gusta mucho….. pero es igual lo cierto es que con ese abrigo no paso tanto frio…
Al
dar la vuelta a la esquina de mi calle me di de bruces con dos niños de no más
de siete u ocho años, que iban solos y cogidos de la mano, además que parecía
que estaban tiritando de frio…. Me acerqué a ellos y les pregunté que si tenían
frio y que si necesitaban algo, me contestaron, bueno me contestó el mayor que
sí que tenían frio y además hambre….. fue entonces cuando metí las manos en el
bolsillo del abrigo y rocé con las monedas que llevaba, esas para
comprarme cromos de futbol….. y así rápidamente pensé que me sobraba con los
cromos que ya tenía en casa.
Así fue como me llevé a los niños a comprarse un bocadillo riquísimo de jamón. Estuvimos hablando un rato y pude ver como la sonrisa iba apareciendo en sus caras y en ese momento recordé esa frase mágica: ¨que todo el que se acerque a ti se sienta algo más feliz y mejor, aunque sea un poquito”.
Feliz Navidad!!!!!