lunes, 6 de julio de 2020

El libro que se enfadó

Pues señor esto era una vez un niño que se llamaba Pedro y que el día de su cumpleaños le regalaron un libro lleno de dibujos y de historias, todas superdivertidas.

El caso es que Pedro se puso muy contento porque a él (decía) le gustaban mucho los libros y este, además, tenía muchísimos dibujos.

Pero… sucedió que Pedro dejó en la mesa su libro nuevo, un día y otro…. y ¡claro! ya supondréis lo que pasó, pues eso, que el libro se enfadó…. se enfadó tanto que cada día que Pedro no le abría se volaba una letra, un día y otro y así hasta ¡veinte días completos!......

Cuando por fin Pedro decidió abrir el libro y leerlo… faltaban tantas letras que era imposible hacerlo!!!.

Pedro se puso a lloriquear y a decir que “alguien” le había robado las letras de su libro…..

Papá le dijo que lo que había pasado es que a los libros no les gusta que los dejes por ahí, tirados, sin hacerles caso, ¡qué hay que leerlos!. Y, si no lo haces, pues se van poquito a poco, letra a letra…..

Así que, al día siguiente, Pedro recogió su libro y, muy triste, fue reuniendo las letras que le quedaban e imaginando las palabras que deberían aparecer……

Al cabo de los días Pedro “terminó” su libro… y ¡era tan bonito y le divirtió tanto! que, a partir de entonces, cada vez que le regalaban uno nuevo lo leía y no lo abandonaba. Y, sobre todo, se dio cuenta de la cantidad de cosas que aprendía con ellos.

Texto y dibujos de Pedro y Rocío Velasco Solís