Autora:
Paloma, 10 años
Pues
señor… había una vez una niña muy mala llamada Claudia que tenía una amiga
igualita de mala que se llamaba Silvia.
En
su colegio había seis niñas que formaban la pandilla “CHAS”: Paloma, Coloma,
Elena, Raquel, Marta y Lola.
¡Todas
eran hermanas!... por eso la pandilla se llamaba así “CHAS”……que no es otra
cosa que el acrónimo de “Chicas Hermanas Alegres Simpáticas”.
Claudia
y Silvia les “arruinaban la vida” a todos… menos a la pandi “CHAS”… pues, la
verdad, era difícil meterse con ellas, entre otras cosas porque siempre estaban
aconsejando al resto de la clase (y sobre todo a Claudia y a Silvia) que se
portaran bien. Pero ellas no hacían ni caso.
Así
que un día dejaron de advertirlas. Fue cuando Paloma y Coloma decidieron
ponerles una trampa.
Reunieron
a Juan y Mateo (expertos en guarradas), Yago (no se sabe para qué… fue idea de
Paloma), Gonzalo (le chiflan los animales… como a Paloma), y ¡cómo no! a los
genios en manualidades… Saúl y Daniel.
Todos
ellos decidieron montar una trampa que les retara y les obligara a elegir la
bondad.
El
sábado por la tarde se reunieron todos en el parque. Había que elegir esa
trampa… y era complicado.
Paloma
no quería que la cosa fuera demasiado cruel… pues al final los “malos” iban a
ser ellos mismos. Así que les planteó algo que ya había pasado en el cole:
“¿Qué os parece si le decimos a Silvia que está invitada al cumple de Raquel… pero
que no se lo diga a Claudia?... en fin, no sería la primera vez que traiciona a
su amiga… Y lo mismo podríamos hacer al contrario… decirle a Claudia que venga
al cumple… pero que no le diga nada a Silvia… ¿Qué os parece?”
A
todos les pareció una buena idea, aunque a Mateo le hubiera gustado algo sobre
mocos y tal… ¡casi todos vomitan!... y Daniel insistía en hacer un par de
carteles para colgárselos de la espalda a las dos “amigas”….
Y
llegó el día del cumple de Raquel. Primero apareció Claudia… Gonzalo le
preguntó si había dicho algo a Silvia. “claro que no ¿te crees que soy tonta?”
“lo digo porque como sois tan amigas. ¿no te parece que deberías haberle dicho
algo? ¡la confianza es fundamental, Claudia!”
Hablando
estaban cuando, sonó el timbre… y ¡llegó Silvia!. Claudia se quedó helada… a
Paloma le dio pena: “¡era una sorpresa Claudia, porque sabemos que sois muy
amigas…..¡no queríamos invitar a una y a la otra no!.” dijo a toda prisa.
Pero…
en lugar de reír… ellas se fueron y no quisieron saber más.
¡Era
sencillo!... pero CHAS tampoco consiguió esta vez su objetivo: reconvertirlas
en “buenas chicas”. Y como dice Paloma: ¡Claudia, Claudia, a ver si
aprendes…..!
(Ellas
siguen por ahí rondando solas… ¡tened cuidado si las veis!.)
FIN