sábado, 11 de abril de 2020

Memorias de una pera


I
El otro día, en la frutería,
espera que te espera vi una pera
Pena me dio y comprarla decidí yo.
Jugando y jugando la pera cayó
rueda que rueda por fin paró,
¡Otra, otra! ¡Otra vuelta más! Gritó.
Esta pera….. ¡es la pera!, pensé yo.
Después de cenar me volvió a pedir jugar,
Mañana, mañana, le dije yo.
II
En una frutería, una pera se perdió
Debajo de una cesta la encontré yo…
¿Alguien perdió esta pera?
Pregunté con ilusión… ilusión que nadie dijera: ¡YO!
Nadie lo dijo….. así que ¡me la comí yo! (¡qué rica!)

Autora cuento y dibujo: Blanca





La Pera limonera, la prima de Peque Pera


Pues señor esto es, que lo era, un niño que comía muy poquito, tan poquito tan poquito que su mamá y papá estaban muy tristes pues Manolito, que así se llamaba el niño, no crecía nada, pero nada de nada, o sea que se estaba quedando chiquitín, tanto que casi cabía en la mochila que llevaba al cole, mochila que como tenía ruedas, Manolito aprovechaba y se metía dentro y así llegaba al cole tan contento (tan contento él claro no al que le tocaba llevarlo….)
Pues resulta que aquél día mamá había comprado la comida de la semana, o sea que había ido a la compra, y trajo una fruta genial metidita en una caja que parecía un nido o una jaula, no sé algo raro que Manolito nunca había visto antes….
Así es que Manolito se acercó a la caja-jaula-nido o lo que fuera, y abrió la portezuela y vio que dentro había cuatro peras limoneras… bueno cuatro peras y otra pera distinta, sí era distinta en serio, pues tenía ojos y orejas y boca y yo creo que hasta nariz y todo, bueno no, nariz no tenía….
Y ¿qué pasó? Pues pasó que la pera de los ojitos y la boca comenzó a hablar a Manolito y le decía que si quería ser alto y guapo y hasta bueno debería obedecer a mamá y papá y comer lo que le dicen. Esto decía la pera:
Manolito estás muy delgado y pequeñajo y así no vas a poder jugar al baloncesto
Y Manolito contestó, un poco asustado la verdad: “Pero si yo no quiero jugar a eso
Y la pera: “Bueno o jugar a lo que sea, que dentro de poco todos tus amigos jugarán a algo divertido y a ti es que ni te verán de pequeño que eres
Manolito entonces se puso triste pues se dio cuenta de que la pera limonera (mamá lo había dicho que así se llamaba esta pera) tenía toda la razón, casi ya nadie jugaba con él, a veces hasta se tropezaban con él y ni se daban cuenta……
La pera decidió ayudarle y el niño comenzó a comer de todo lo que mamá y papá le decían, y comía peras ricas ricas y más cosas y ¿Sabéis que pasó? Que cada vez estaba más contento y más alto y ya no se metía en la mochila de ruedas si no que llevaba él mismo su mochila tan contento!!!!
Y además que la pera limonera siempre fue su amiga!!!!
Autor cuento y dibujo: Gonzalo




Los hermanos Pera se van de marcha


Pues señor esto era un día que amaneció lleno de sol. Era un día brillante y con tanta luz que los hermanos Pera (Peque y Peca) pensaron que era el momento ideal para ir a pasear al campo.
Peque estiró la cabeza y gritó: ¡peras, peritas, salgamos fuera que hace un día estupendo! ¡nos vemos donde siempre!
Así que se fueron escurriendo por la repisa de la cocina donde Adelita, la niña de la casa, colocaba sus frutas para llevarlas al cole, y ¡zas! se metieron dentro de la cesta.
Ya dentro de la cesta se encontraron con un bocata de jamón que tenía una pinta estupenda, la verdad, aunque los hermanos Pera le miraron así como con desprecio… “¡vaya, dijo el bocata, ya vienen estos a molestar!”. “¡Perdona bocata, dijo Peque, no era nuestra intención, sólo queremos salir a pasear!”.
Así que Peque y Peca se colocaron en un rinconcito sin hacer ruido no fuera a ser que el bocata les empujara fuera de la cesta.
Cuando Adelita llegó al sitio donde había quedado con sus amiguitos, puso el cesto con la merienda en la mesa de madera.
Después sacó un mantelito de cuadros blancos y rojos, lo extendió sobre la mesa y colocó allí el bocadillo y ¡oh que alegría le dio al ver que también había dos peras, con lo que a ella le gustaban! “Debe haber sido mamá (pensó Adelita) que siempre está pendiente de que comamos fruta”.
Más tarde llegaron más niños del cole con los que habían quedado.
Jugaron a la pelota, a la comba, al pilla pilla….a ¡todo! Y, cuando ya estaban cansadísimos, cansadísimos, al grito de Adelita de: “¡vamos a comer algo, que estamos hambrientos!”, se abalanzaron sobre la mesa del mantelito de cuadros blancos y rojos.
Y, bueno, ocurrió que, mientras Arturito, Vicentito, María y Alejandra, miraban desconsolados sus cestas… sin peras…. Adelita abría la suya y sacaba dos preciosas, preciosas…. tan bonitas eran que ¡le dio pena comérselas! Y decidió esconderlas debajo del bocata de jamón…….
Cuando los niños llegaron a sus casas, todos corrieron a la cocina y al grito de ¡mamá quiero una pera! Se comieron cada uno por lo menos dos……
Bueno, de Adelita no sé nada, no sé si, finalmente, se comería a Peque y Peca….. bueno yo creo que sí, porque para eso son las peras….¿no?
Autora cuento y dibujo: Blanca



viernes, 3 de abril de 2020

Lucas no se llama Lucas, pero él no lo sabe


Mis amigos dicen que qué suerte tengo, que como tengo perro pues puedo salir todos los días de casa……. Ya……
Resulta que mi perro se llama, o mejor dicho se llamaba, voy; si, así sin más: voy de voy a esto, voy a lo otro……
Pero entonces ocurrió esto del virus malo que nos acecha en cualquier esquina y en casa me dijeron que solo se podía salir a comprar comida, a la farmacia y a pasear al perro…… A mí me gusta pasear con mi hermano, mis amigos o con mis primos pero eso no se puede, que tengo que sacar al perro yo solo….. y entonces fue cuando se me ocurrió cambiarle el nombre por Lucas que así parece que voy con un amigo y me siento menos solo….
Y además que voy diciendo “Lucas voy!” y él se cree que le llamo por su nombre……… pero no se lo digas…….
Dibujo de Gonzalo