Y
fue entonces cuando, de verdad, llegó el Invierno.
Se
había retrasado un poco en llegar y los primos estaban encantados, sí,
contentos con que no hiciera frio, pues así no tenían que ponerse bufandas, ni
gorros, ni guantes……….. Salían y entraban de la casa corriendo sin preocuparse
de nada más que de jugar… ¡qué bien!. Pero entonces sucedió que la nieve, el
viento y la lluvia se pusieron a discutir y taparon al sol………………….
Los
niños miraron al cielo y pudieron comprobar cómo un montón de nubes se cubrían
con algo así como negras capas, y se acercaban al sol y lo conseguían tapar y
además abriéndose por la mitad comenzaron a soltar todo el agua que tenían
guardada y hasta nieve comenzó a caer.
Los
primos un poco enfadados, la verdad, salieron corriendo hacia la casa, y una
vez dentro y asomados a la ventana siguieron mirando al cielo que se había
convertido en algo negro y feo.
Les
daba pena del sol, antes tan brillante y calentito y ahora apenas se veía, y lo
adivinaban triste.
“¿Y
qué podemos hacer?” Se preguntaban unos a otros,
“Ya
se” dijo Asís, que para eso era el mayor, “Vamos a por la escalera mágica que
está en el trastero guardada”
“¿Mágica?”
dijeron los demás a coro
“¿Cómo
mágica? ¿De verdad mágica?” preguntó Bruno que no se fiaba mucho de algunas
palabras. “Pero de verdad, de verdad ¿mágica?” volvió a preguntar Gonzalo. “Eso
dice...” le susurró Pedro “¿nos fiamos?”
“Sí
chicos, fiaros de mí” insistió Asís con la seguridad que le caracteriza, “está
guardada en el trastero de arriba”
Así
es que todos salieron rápido hacia el piso de arriba, si bien los primeros en
llegar fueron Ángel y Bosco y enseguida Manuel. Entre los tres consiguieron
abrir la puerta, cosa que no es nada fácil pues se abre al revés: la llave gira
a la izquierda para abrir y a la derecha para cerrar…. ¡qué lio!
Una
vez dentro del trastero y encendida la luz rebuscaron primero con los ojos y
luego comenzando a retirar los trastos acumulados y procedentes de las casas de
todos, hasta que por fin la encontraron. Estaba plegada en un rincón y lo
cierto es que parecía que brillaba, así como si estuviese contenta…. ¡Qué raro!
se dijeron entre sí…
La
cogieron entre tres y salieron al tejado. Sin perder tiempo comenzaron a
desplegarla y cada vez salían más y más escalones, mirando hacia el cielo
vieron que ya llegaba a las nubes, así es que comenzaron a subir los mayores
peldaño tras peldaño, y mientras tanto los pequeños tenían que quedarse abajo
sujetando bien (eso les dijeron…)
Cuando
consiguieron llegar a las nubes estas se quedaron extrañadas de verles y los
niños aprovechando la confusión del momento, dijeron a las nubes que ya estaba
bien, que se fueran ya que empezaba la primavera!!!!
Tan
serios se lo dijeron que las nubes se lo creyeron y no sabían que contestar,
así es que se recogieron entre ellas y una vez soltada todo el agua que aún
contenían se deshicieron y salió el sol!!!!
Cumplido
su propósito bajaron por la escalera, al tiempo que los pequeños aplaudían
contentos. Después guardaron la escalera, cerraron la puerta (ya sabes girando
la llave al revés…) y fueron a sacar sus bicis pues ya el sol estaba en lo
alto!!!!
FIN